23.10.2016
Me levanté a las seis y empecé prepararme el
equipaje en silencio. Mi camiseta, como esperaba, no se había secado. No ha
llovido pero es tal la humedad en el aire que ni siquiera el material del que
está hecha de la camiseta puede secarse. Pensé atarla a las alforjas para que
se secara en el ferry, allí tendría 8 horas para secarse.
Coincidí con mi anfitrión poco más de un
minuto, se había levantado a ir al baño. Le di las gracias de darme la
oportunidad de pasar la noche en su casa, ya que la noche anterior no pude dárselas.
Fue su amiga quien me abrió la puerta y para cuando él volvió a casa del
trabajo (trabajaba hasta las 2 de la madrugada) yo ya dormía profundamente….
Bajé por la
escalera, cerrando en silencio la puerta, cargué la bici y salí por las silenciosas
calles de Palma de Mallorca. Pedalear tan temprano por la ciudad con el
silencio que te rodea es un autentico placer. No creo haber visto más de 3-4
coches y un camión de la limpieza. En 15 minutos llego al puerto y compro el
billete, me costó como 43€ con el descuento de residente. De repente me doy
cuenta, que no había cerrado bien el bolsillo de la chaqueta y se me habían caído
las gafas de sol. Recuerdo que hace tres años me las encontré en el medio de
una calle muy transitada de Málaga y lo bien que me quedan, como si estuvieran hechas para mí. Pero las cosas son así, tal
como vienen, se van…. Espero que su
nuevo dueño las disfrute tanto como yo.
Del trayecto en el ferry tampoco hay mucho que
contar, me tomé un café por 1.90€ (más barato que en muchas cafeterías de
Ibiza, vaya), subí a la terraza trasera cubierta y me acomodé allí. Mi libro,
mi pipa, cafelito, relax. Y el tiempo, bueno... en lugar de llover, hoy está cubierto...
Tres horas más tarde llegamos a Ibiza, donde
subieron mis compañeros, que también habían terminado la temporada. Se quedaron
un rato para charlar y se fueron a descansar al camarote. Gracias a unas
ofertas especiales les salió más barato el billete en camarote que en butaca.
Llegó un momento en que, ya cansado de estar
tanto tiempo en el mismo sitio (me dolía el trasero, vaya), me fui en el bar de
dentro; allí las sillas son mucho más cómodas. Me apoyé en la mesa y me he quedé
frito. Hora más tarde me despertó mi compañero Martí, había pedido algo para
comer pero su novia, que come como un pajarito y no puede acabarse la ración. Y
como tirar comida es pecado, no pude negarme a echarles una mano. Además,
pincho con ensalada siempre combina bien.
Poco después, el barco llegó a Denia.
Me paro unos 200-300 metros más allá para
hacer una foto con el castillo al fondo que corona la colina y me doy cuenta de
que he perdido mi carnet de conducir. Normalmente lo tengo guardado en la
mochila con otros documentos, pero al usarlo en la compra del billete lo puse
en el bolsillo de la camiseta para ir más rápido, junto a mi tarjeta de
identidad (que seguía en el bolsillo, por cierto) y el billete.
Así que vuelvo atrás y busco a alguien de
seguridad. Le explico dónde había estado, llama a sus compañeros del barco y
media hora más tarde ya había recuperado el carnet. Esa vez lo guardé bien guardado
en la mochila.
El plan para hoy es salir lo más rápido
posible de Denia y sus alrededores y buscar un camping, tampoco puedo hacer
muchos kilómetros, porque el ferry ha llegado a puerto sobre las cuatro y a las
siete cae la noche.
Dicho y hecho. Salí del puerto, me paré un
rato en un cruce y mandé el plan al quinto... fui hacerme una foto con una estatua
que recuerdo desde hace unos 10 años, de cuando estuve por aquí. Todavía recuerdo
esta. Desde allí decidí visitar la alcazaba; había pasado por aquí hace diez
años. Desde hace unos años paso varias veces de ida y vuelta a Ibiza y siempre
la veo en la colina. Tenía ilusión de fotografiarme con ella. Por fin puedo
hacerlo.
Me hago un
lío por las calles centrales de un sentido, así que al final les mando a tomar viento
y llevo la bici a mano por unas escaleras.
La alcazaba no es nada en especial. Aún
están trabajando para restaurarla. Hasta el momento solo hay una torre, muros y
una buena vista desde lo alto (bueeno, buena vista, mayoritariamente
techos...), pero la entrada solo cuesta tres euros y merece la pena darse un
paseo. Se ve que se esfuerzan en mejorarla.
Mientras entraba, detrás mía vino un grupo
grande, por el idioma, catalanes. Uno comento enfadado ¨¿Tres euros? ¿Que están
locos o qué…? Tres euros de entrada por unas ruinas, tampoco hay mucho que ver...¨
Pensaba darme vuelta y preguntarle cuánto había pagado para comer hoy, pero no quería
amargarme la vida con subnormales, así que pasé...
Me di un paseo, había una exposición en la
torre. Al lado había también una fuente, donde pude rellenar las botellas y
preguntar al Google dónde estaba el camping
más cercano. Me mostró uno en Jávea, muy cerca. Bueno, cerca en línea recta, quizás
unos 3-4 kilómetros. Pero entre Jávea y Dénia hay una roca enorme que te obliga
rodearla. Hasta el camping habrá unos 30km.
La enorme roca. La foto fue tomada unos
cuantos años atrás, pero no parece haber menguado desde entonces.
Pedaleando por las carreteras entre campos
me encontré con este misil. Me sorprendió, porque en España hay muchos
musulmanes, marroquís y no sé que más, pero no es habitual ver un minarete.
Y así pedaleando tranquilito y...
Bulgaria... En serio? Yo no sé que hago con un pinchito en la barriga...además
¿no había salido en otra dirección?
Bueno bromas aparte. Seguí mi camino,
subidas ligeras en general, pero algo cansadas. De nuevo empezó preguntarme adónde
coño iba si me canso así de rápido... Empiezo sentirme decepcionado conmigo
mismo.
De pronto, al lado de la carretera aparecen
dos paquetes de galletas, el paquete de fuera está abierto, pero el de dentro
siguen ser cerrado. No se quien las habría tirado, pero le estoy muy agradecido.
Galletas escocesas con trozos de chocolate blanco belga y frambuesas. Deliciosas.
Hacía dos días las había visto en una tienda y costaban cuatro euros por
paquete...!
Llegué al camping de anochecida y mi buen
humor pegó un bajón porque costaba 16 euros. Un precio demasiado alto para un camping,
pero tampoco tenía donde ir a esas horas. Es un área muy poblada, con muchísimas
casas, fincas y plantaciones de naranjas, todo bien vallado, visible desde la
carretera, así que no es nada fácil esconderse con la tienda; sin contar que
dormir al aire libre está prácticamente prohibido.
24.10.2016
Me levanté sobre las 8 y a las 9 ya estaba pagando
en recepción.
Con la duda siempre presente, pregunté si había
algún carril bici, caminito o algo apartado del tráfico hacia Benidorm. Había
por allí un lugareño y que me contestó: ¨No vayas hacia Teulada, desde allí el
trafico es muy denso. Vete hasta la rotonda hacia Benissa y desde allí ya
tienes que coger la nacional, no hay otra manera”. Sacaron un mapa y me
mostraron por dónde ir.
Tendría que haberle hecho una foto (a la del
mapa) para poder enseñárosla. En el momento de abrirlo me quedé bizco. Había contactos,
colores fuertes, anotaciones, pequeñitas marcas, iconos... Me fue casi imposible
encontrar donde estábamos en ese momento y, aún peor, saber a dónde ir. Pero
bueno, ya con las explicaciones me orienté y cogí el camino a Benissa. El
camino era muy tranquilito, pasa plantaciones de naranjos y fincas, sin tráfico,
rodeado de silencio y vegetación.
Llego a Benissa y me paro a comprar un
cuaderno y un boli para poder escribir mi viaje y después subirlo al blog. Es
que, si no os pongo los dientes largos, para qué lo hago? :P
Esa roca a lo lejos es mi punto para tomar café
hoy- Calp.
Una vez en Benissa me fue fácil encontrar la
salida para la nacional. Y para llegar hasta allí debo cruzar..... bingo! Debo
cruza Teulada! Me hicieron hacer unos 10-15km innecesarios, sin hablar que la
carretera Benissa- Teulada está llena de subidas y bajadas y además no hay
arcén donde refugiarse. Había bastante tráfico aunque no puedo quejarme de los
conductores. Pero circulando por una estrecha carretera de solo dos carriles
tampoco se pueden hacer milagros. Aun así lo tomé con paciencia. Los alrededores
son muy bonitos, no hice fotos de un lado por la luz, que era bastante mala, y
por otro que no había dónde parar y apoyar la bici sin molestar. A la derecha la
roca, a la izquierda el barranco... pero lo disfruté, no tenia prisa, sabía que
hacia Benidorm me esperaba una buena subida, pero no eran muchos kilómetros y allí
tendría dónde alojarme, de modo que me lo tomé con calma.
En realidad resulto que Calp esta tras la primera y más larga subida (unos 300m de altura, después
me di cuenta de que las siguiente subidas no eran tan duras, pero de similar porcentaje.
Lo más guay fue que, poco después de empezar la bajada, el carril contrario estaba
cortado por obras durante varios kilómetros y los agentes paraban el trafico en
una u otra dirección. Afortunadamente pasé ultimo en mi dirección, tuve todo el
carril para mí solo. Y eso que necesitaba algo de espacio, bajé a 50-60km/h y
con esa velocidad en las curvas te hace falta espacio y además pasar a unos
20-30cm de los quita-miedos ni siquiera en recta es fácil.
Procuré parar para hacer un par de fotos.
Aunque no se ve muy bien, todo alrededor era muy bonito.
Llegando a Calp me encontré con algo que no me gustó nada de nada. Quería
tomar café en la playa por lo cual tuve que bajar cuesta abajo, porque la
nacional rodea la ciudad por lo alto. Lo que significaba que después tendría
que subir de nuevo. Pero daba igual, había echo unos 40km hasta ahora y quería
tomarme el café en la playa. Y punto.
Por lo visto tienen envidia de Benidorm y
sus rascacielos, así que construyen los suyos propios.
En realidad Calp parece ser un ciudad bonita, para salir la había cruzado de
punta a punta y me gustó, aunque en general las ciudades no me impresionan
desde hace años.
Mientras pasaba por el paseo marítimo preguntándome
dónde tomar café, apoyé la bici la
bici para hacerle una foto junto a la emblemática roca. Por lo que sé está
protegida como paraje natural o algo así, pero no estoy muy seguro. Pero parece
como fuera de lugar y es bonita. Hago la foto, doy una vuelta y veo tres bares,
uno llamado Coco Beach Bar (Koko es mi nombre diminutivo). Pues hala, hasta me habían
escrito el nombre para no liarme con la ruta.
Hora masa tarde (la mayoría ocupada con el
cuaderno) continué. Subir al nacional no fue difícil, tampoco me lié mucho por dónde
porque había bastante indicaciones. En una fuente de la playa rellené mis
botellas, pero más tarde, al probarla, la escupí toda. No sé porqué ponen
fuentes donde dicen “agua potable” si el agua está asquerosa. En realidad, en
casi a ningún lado de la costa encontré agua potable en las fuentes.
Seguí hacia Altea, me acordaba de que era de
un pueblo pequeñito y bonito. Pero este si que no me acuerdo haberlo visitado
antes...
...iglesia ortodoxa rusa en la mitad de la
nada.
Tenia su horario de apertura, la rejilla
estaba abierta pero las puertas estaban cerradas con una cadena bien grande. Quizá
tendría que haberle hecho una foto. Así son casi todos los templos. Hechos para
el pueblo y cerrados al mismo. Por favor venid a lavar vuestra alma en horario
de oficina.
Por lo visto los perros no necesitan lavar
su alma, así que no tienen derecho entrar, supongo son criaturas dignas desde su
nacimiento.
Seguí hacia Altea, estaba cerca, a unos
6-7km si no me equivoco. Allí me encontré con un atasco que no veas. La nacional
cruza el pueblo, convirtiéndose en una calle estrecha de dos carriles, cruzada por
muchos arcenes y semáforos. Mientras esperaba a un semáforo escuché voz detrás mía
indicándome que girara a la siguiente a la izquierda y saliera al paseo marítimo.
Me doy la vuelta y veo un hombre mayor en bici. Le hice caso y salí al paseo
donde se podía pedalear tranquilamente.
El hombre era escocés llevaba años viajando
en bici. Conocía muy bien la zona. Inmediatamente saca un viejo y bien usado
mapa, con muchos apuntes de él mismo y me enseña por dónde seguir mas tranquilo
hacia Benidorm y Alicante.
Me contó que hace 20 años aquí no había
nada, solo una playa solitaria, podias montarte la tienda sin que nadie te viera.
Lo malo es que al otro lado de la cala había un puesto de guardia civil que
vigilaba la costa con prismáticos por lo que no era raro que te despertaran por
la noche con escopeta en mano.
Empezó a suspirar: “…ya soy viejo para
viajar en bici, muchas veces tengo que tomar el tren...” Vi en su mirada triste
el reflejo del pasado y me despedí agradeciéndole su ayudas. Es triste, pero es
lo que nos espera a todos.
Sigo hacia Benidorm por una carretera
tranquila y al rato ya estoy entrando. Estoy sorprendido, son las tres de la
tarde. Todavía queda luz del día y en vez de quedarme decidí que lo mejor era
continuar camino.
Paré un momento porque vi “pizza a euro”. Estaba muy buena y aproveché a comprar dos botellas de agua en el local de al lado.
Benidorm es bastante ondulado pero tiene
unos buenos carriles para bicicleta. Es bastante famoso por sus rascacielos,
pero a mi no me impresionan nada. Simplemente son montones enormes de hormigón.
Es bonito verles desde la lejanía pero cuando estas entre ellos tampoco son
gran cosa.
El río que cruza Villajoyosa, el pueblo al
lado de Benidorm, es bonito.
Desde allí continué por la nacional. No
tengo muchos recuerdos de este tramo, solo que vi un par de halcones y que volaban
arriba y abajo. De todas maneras no tenía mucho tiempo para contemplar las
vistas, necesitaba escribir en mi cuaderno. Llevo dos días de retraso
Poco antes del anochecer llego a un bar
llamado OVNI. Tras él hay un pequeño espacio donde aparcaban caravanas. Voy a
hablar con la camarera, a preguntarla si también puedo montar mi tienda, pero
me mira con cara rara y me dice que tengo que esperar y preguntar al jefe, que
estará por aquí sobre las siete. Le doy las gracias y vuelvo con mi café. Pero
no me sentía cómodo. A las siete anochece y si el jefe no me da permiso ¿qué
hago? Google me dice que hay un
camping a menos de 4km de aquí y me largo.
El camping Costa Blanca está a unos 15km antes de llegar a Alicante y los
precios están escritos en un tablón grande a la entrada. Así da gusto. Me
cobran 7.50€, perfecto.
25.10.2016
El día no amanece soleado. Todo el cielo está
cubierto con nubes, nubes altas, de esas que no se ven pero que tornan cielo de
color blanco y el sol alumbra tras una cortina. Pregunto al guarda dónde puedo
tomar café y me sugiere unos bares a 400 metros, pero dirección Benidorm y eso es
volver hacia atrás... no. Tomaré café en Alicante.
Menos de un kilómetro más adelante, entro en
San Juan de Alicante y en una rotonda
pregunto a unos policías si por la playa hay forma de llegar al centro, para no
comerme todo el tráfico de la nacional. Dice que vaya hacia la playa, después a
la derecha por el paseo y llegaré.
Hay un carril bici algo raro, pero es fácil
pedalear a pesar del tiempo. Pero siguiendo el carril, termina en una calle de
una sola dirección... dirección contraria! Así que tengo que seguir pedaleando
contra el tráfico (aunque no había mucho) porque las aceras eran súper
estrechas. Una cosa rara.
Entré en unos barrios y siempre intentaba
salir a la playa para seguir la costa.
Solo una
vez salí a una playa (vaya playa) y había ni carril, ni paseo, ni nada. Resulta
que no hay nada de eso, solo la playa del mismo San Juan. Y yo estaba metido en
unos barrios cerrados, todo arriba- abajo, calles rodeando manzanas de
edificios y saliendo a unos 20-30 metros de su entrada... Me costo un montón
salir de este sitio.
Al final llegué a los últimos barrios de
Alicante y me acerqué de nuevo a la playa, donde se podía pedalear. No sé porqué
es conocida la ciudad, pero como podéis ver las playas no son su punto fuerte.
Pedaleando por esos senderos, al poco se convirtieron
en un pasarela de madera, que me conducen hasta una playa de arena y terminan
delante una escalera inclinada con unos 30-40 escalones. Pero subir esto con la
bici cargada...olvídalo. La otra opción que me quedaba (a parte de volver atrás,
cosa que no se me da bien) era empujar la bici hasta llegar a una rampa al otro
lado de la playa, mientras me hundo en la arena. Dicho y hecho.
Llegando a la rampa veo que el que la construyó
quiso joderme al máximo cortando el acceso fácil. Vaya tontería.... En fin, con
bastante esfuerzo levanté la bici sobre este escalón.
Entrar en Alicante fue bastante fácil,
aunque me compliqué un poquito intentando ir por la playa. Estaba pensando en cruzar
toda la ciudad y poco antes de salir, parar y tomar un café, para poder salir a
la carretera más relajado.
Si, si, pero no. Llego al puerto y veo...
...esta belleza. Di alguna que otra vuelta
para tomar fotos y veo que hay una entrada al lado. Pero la entrada cuesta 5e.
Pero al final digo ¿y cuándo voy a poder verlo de nuevo? Al final lo pagué.
Al pagar te dan un tique con el que puedes
pedir una bebida en la cafetería del barco. Pero no os recomiendo gastar el
dinero.
Solo una pequeña parte del barco es para
exposiciones. Y además parecían bastante cutres y baratas. Parecían ridículos
en realidad.
Todo lo demás es un restaurante-bar,
que por la noche se convierte en una especie de discoteca al parecer, vi el
puesto del DJ, y
toda la parte de arriba era una cafetería. Al menos el café ya lo tenía pagado.
Ni pedí un vaso de agua, que todo apuntaba a la respuesta: ¨En vaso no, si
quiere usted una botella…¨. Y los precios no eran exactamente normales, por un
zumo le cobraron 4€ a una inglesa delante mía.
De todos modos ya había pagado, me encontraba
en una esquinita tranquila y me senté a tomar el café y a seguir con las notas
en el cuaderno. Pero andaba difícil la cosa. Ya había perdido tiempo, el barco
me decepcionó, y algo por dentro me empujaba a continuar.
Ultima foto obligatoria y p´alante.
En esa
rotonda vi indicaciones hacia un parque, la calle hacia allá pasaba entre el
puerto y la avenida principal. ¨Perfecto¨ pensé. Voy a ir hacia el parque,
entro, lo cruzo, salgo al otro lado y continuo por la avenida. Que así sea.
El parque estaba a unos 2km de la rotonda,
era pequeñito, estrecho, pero bonito...
...y diseñado con colinas bajas que lo
aislaban bastante bien del ruido de la avenida principal.
Había solo un inconveniente- no había salida
al otro lado. Di unas cuantas vueltas en busca de otra puerta, pero no. Hay
solo una entrada/salida. Pero, ¿quién coño hace un parque a 2km de distancia
del edificio más cercano donde no hay ni un árbol para dar sombra en los meses
calurosos, cuando la gente va a los parques... y me preguntaba por qué no hay
gente...
Pues no me quedó otra, volví hacia atrás y salí
a la avenida. Poco mas allá, al lado derecho, apareció otro parque. Esa vez se
ve que es grande y bonito.
Entre las dudas me digo ¨Y qué coño, hoy perdí
tanto tiempo dando vueltas, que un poco más... qué más da, al menos, voy a darme
gusto¨
Finalmente el parque resultó ser muy bonito,
aunque no le diera vuelta completa. Muy verde, con muchos sitios de parar y
descansar, áreas para niños. Había una cafetería muy bonita y si no hubiera tomado café en el barco
seguramente habría parado aquí. Pero el camino ya me estaba llamando.
Poco después salí de Alicante, dirección
Santa Pola. La carretera estaba a, quizás, un kilometro de la playa y
claramente se veía que se podría haber construido una pasarela o algo similar
para conectar Santa Pola con Alicante, pero, ¡qué entiendo yo de esas cosas!
De Santa Pola me sonaba algo, no sé, ¿es famosa
con sus playas quizá? No lo recordaba bien. Ni me acerqué a verla en realidad.
No tenía ganas, estaba haciendo una velocidad
muy buena, unos 26-27km/h. Además estaba rodeado de pantanos y salares, no se veía
ningún sitio cómodo para pasar la noche y era ya casi medio día.
En unos de los salares vi unos flamencos...
...y poco después una impresionante montaña
de sal...
....la que se recoge después de evaporarse
esta agua. ¿Alguien quiere sal?
Más tarde llegue a un pueblo Guardamar “Algo”
y entré a comprar agua y a descansar un rato. Paré en una tienda y al bajar de
la bici noté que mi cuerpo empezó a temblar un poquito. Eso significaba que me
había exigido y que necesitaba comida. Así que junto al agua pillé una coca
cola. Algo de azúcar vendrá bien hasta que encuentre dónde comer.
Las tres de la tarde ya estaban sonando y seguía
dando vueltas por las calles buscando dónde parar. En el bar de un hostal vi
que hay fresh de naranja por un euro y supe que ese era mi lugar. Pedí un trozo
de tortilla con el zumo, seguidos de un café. Perdí algo de tiempo apuntando
las notas y charlando con unos ingleses de la mesa al lado y me sentí mucho
mejor. Y me salió solo tres euro, una maravilla. Hablando con el camarero me
enteré que hay carril bici y senderos casi hasta Torrevieja, que está a unos
15km de aquí.
No pasa con agua. Oye a mi no me paró ni el
aguacero de Mallorca, así que esto, menos. Esto es parte del carril bici, que
esta al lado de la nacional, por cierto.
Una media hora más tarde llegué a unos
barrios. Vaya, qué rápido llegué a Torrevieja, pensé. Pues todavía no lo era,
si no un pueblo antes, creo se llama Massa o algo así.
Como podéis ver en la playa hay comodidades para ciclistas y peatones.
Algunas fotos del camino.
Quién sabe en qué estaa pensando, quizás: ¨…
en buena me he metido tío, en vez de ir a algún sitio con buenas playas...¨
En realidad hoy casi todo el día pedaleaba
por carriles bicis, lo que es muy cómodo. El único inconviente es que no iban
siempre en mi dirección, pero nada, Alicante va por buen camino, me parece.
Ya anocheciendo entré en Murcia. Había
encontrado el camping para esa noche, pero estaba todavía a unos pocos kilómetros,
asi que tuve que poner las luces, que se estaba haciendo de noche. Lo bueno fue
que la mayoría del trayecto fue por carril bici.
Siguiendo el gps continúe por unos caminitos
estrechos que rodeaban un aeropuerto. Y como estaba pedaleando en la oscuridad
me dice el gps ¨Gira a la derecha¨ Eh!? A la derecha se ve un sendero de, quizá,
un metro de ancho, rodeado de cañas 3 metros de altura. Dónde me estoy
metiendo??? ...pero bueno, si lo dice... El sendero se convierte en pasarela, que
se bifurca poco después. Pero el gps lo sabe y indica a la izquierda. En este
mismo instante me atacó un ejercito, bien entrenado, de mosquitos. Y poco a
poco salí a la playa. Al derecha mar, a la izquierda la parte trasera del
camping. O sea si hubiera seguido por la carretera habría salido directamente a
la recepción. Vaya coñazo!
Al menos el camping no era caro, 7.90€, aunque no tenía pinta de merecer tanto. Pero bueno, es lo que hay. Monté la tienda rápidamente y directamente tire las alforjas adentro sin abrirlas. Una vez dentro empecé a matar mosquitos, el que no haya matado mosquitos en una tienda no puede entenderlo. Después preparé la cama y los productos para la cena, tras la cual fui corriendo hacia las duchas.
Allí, otra sorpresa. El agua caliente tenía con botón de esos que te dan unos 20-30 segundos de agua y se corta. Tuve que apoyarme todo el rato sobre el botón para que poder ducharme.
Para cocinar? Afuera, no hay otro modo. Por
suerte hoy tenía medio paquete de chistorra y ensalada cuatro estaciones, así
que en 5min la chistorra estaba lista y yo oculto en la tienda, donde empiezo
de nuevo la matanza.
Después algo de internet, algo de lectura y a
la cama.
Por cierto, el saco de dormir lo use solo la
primera noche y eso solo como manta. No hacia frio, así que estaba durmiendo
solamente con la sábana. De vez en cuando me despertaba por la noche, que
estaba algo mas fresca, me ponía el chándal y dormía como un bebe.
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